El hartazgo y la esperanza

"Los que más bolsones entregaron, sacaron menos votos”
(Luis Beder Herrera, gobernador de La Rioja, presidente del PJ, sobre los candidatos de su mismo partido)


"Hubo menos dinero para bolsones y más para afiches. La plata de los bolsones salió recién los últimos días"(Opinión de un productor publicitario)



Cuando el hartazgo se endurece muchas veces aplasta en resignación o estalla en esperanza. Esto último creo que pasó en las últimas elecciones en La Rioja, donde después de muchos, muchos años, la oposición obtuvo representación en los cuerpos legislativos nacional, provincial y municipal -todo junto-, con cifras de votos considerables con relación a varios de los candidatos del oficialismo, hasta ahora ganador absoluto.

La población expresó su disconformismo: ¿Contra la dádiva de los bolsones? ¿Contra los muchos afiches y los pocos bolsones? ¿Contra el Gobierno nacional o el provincial? ¿Contra los políticos de siempre? ¿Contra la abundancia de candidatos y la escasez de propuestas? ¿Contra el adelantamiento de los comicios con fines poco claros? Hartazgo y esperanza. La anemia de aciertos al momento de interpretar y de dar con intereses y necesidades reales de la gente naufragó fácil en la profusión de contras. Es decir, sobraron razones para decir no. Y ahí destelló la presencia de esos tradicionales "convidados de piedra" que supieron colocar un "no" preciso en sus banderas: "El gobierno NO necesita más poder, sino más control", fue el slogan.

Incluso, días antes del domingo, en una desafortunada intervención a través de un spot televisivo que más que marcar rumbo sólo sirvió para reforzar la impresión de desesperación, el líder del oficialismo se ocupó de poner en relieve que "lo que hace la oposición, es votar contra" y retóricamente se preguntaba: ¿Para que queremos alguien que esté en contra? Los resultados se encargaron de demostrar que el electorado, por múltiples motivos y aún con una vaga idea, requería justamente que alguien se pusiera en contra.

Sin entrar en demasiados detalles, lo importante es que como nunca ese NO surgido del hartazgo parece no haberse decantado -como podría suponerse- en la bahía inmóvil, aletargada de la resignación, una de sus posibilidades. Sino que como un extravagante fruto de invierno aparece depositado en la concavidad humilde de la esperanza. Según algunos datos, votó más del 78 por ciento del electorado de un padrón de más de 200 mil, los sufragios en blanco fueron cerca de 10 mil, ciertas encuestas a boca de urna indicaron que la oposición recibió un gran caudal de votos en los barrios más populares y humildes de la Capital (a pesar de la entrega de bolsones antes y durante la veda electoral), y no faltaron los militantes del justicialismo que "pidieron permiso a Perón" para apoyar en esta ocasión al radicalismo(que logró en el estamento de diputado nacional unos 52 mil votos). La atribución de lo sucedido a un rechazo por tal o cual figura política o a una Reforma Constitucional cuestionada por los mismos aparentes "beneficiados" resulta insuficiente para abarcar un cambio escurridizo a los fórmulas acostumbradas, y más: roza la subestimación de los electores, algo que este comicio vino precisamente también a echar por tierra.

Singular, sorpresivo NO ubicado junto a la esperanza. Por encima de la propaganda, los discursos vacíos, la asistencia desvirtuada por quien intenta transformarla en canje, el abuso, la imposición, el oportunismo. ¿Será que cada vez es más díficil disfrazar de gesto "magnánimo" en busca de provecho personal lo que en realidad es un derecho del que recibe, una ínfima parte de lo que le pertenece? ¿Será que en el cuarto oscuro se enciende cada vez más la conciencia o de última la decisión personal, por el motivo personal que sea, arrinconando el automatismo y la indiferencia? Ese NO tiene un único dueño: el pueblo que se manifiesta. Y tiene al menos un significado palmario: el hartazgo.

Hartos de una forma de hacer política que confía más en el marketing que en la solidaridad llana, hartos de los constrastes entre lo que se dice y lo que se hace, hartos de que se intente inspirar sentimientos desde un fanatismo frío y barato, hartos de traiciones y carencias que desbordan índices y silencios, hartos del bombardeo del sin sentido que se para sobre los sueños de cualquiera sólo para ver crecido el egoísmo, hartos de que la honestidad sea reemplazada por una pantomima, de que se mienta sin pestañear siquiera, de que siempre haya un principio a mano para desodorizar la conciencia, una justificación para lo injustificable, una explicación que le saca olímpicamente la lengua al más común de los sentidos, de que aquel al que se le pide el voto de pronto ni siquiera sea digno de un trato de persona a persona, es decir, de que se considere su historia, se valore y actúe en base a su circunstancia y su presente, y se acompañe su proyecto de vida. Persona, NO cosa. Es bueno recordarlo cuando se discute si el fracaso electoral de unos y el éxito de otros dependió en mayor o menor medida los muchos o pocos bolsones de alimentos que se repartieron para influir en el voto.

Y es importante entender que sea como sea que este NO vino a depositarse en la esperanza, lejos de la resignación y de ser un premio es un desafío para quienes estén dispuestos a hacerse cargo. No es un fruto dulce y tal vez no podría ser de otra manera, he ahí el recodo, el desplazamiento fuera de los límites. Sus raíces no son dulces: recogieron demasiadas angustias, decepciones, cansancios, dolores. Una corteza dura lo recubre. Su peso es enorme, igual que las tensiones que lo recorren. Exige el mayor de los cuidados. Y sin embargo, tiene la simpleza del pan que florece en un SÍ ante los ojos humildes que lo presentan a la vida. A esa altura, nada menos, están llamados a ponerse los que deseen honrar a la política, sean del partido que sean. Al pan de la dignidad no lo tapan los bolsones.

Foto: Radio Fénix La Rioja - Fuente: Internet

1 comentario:

  1. La nota me parece inteligente,con la certeza de la opinión justa de la gente, y con el lenguaje literario exacto, que la jerarquiza. Sigamos luchando desde nuestros lugares por un país más justo y digno para todos!!!

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