Cruz



La violenta desorientación de asumir que la ternura no alcanza.

El extravío ante la mirada de los demás, y entre las cosas.

La compleja tarea de dar una forma razonable al desamor.

La fuerza necesaria para distanciarse y conservar un punto de apoyo.

Naúfrago entre trozos de un pasado al que duele asirse.

Sin la suficiente falta de fe para hundirse definitivamente.

Locura del amor que toca, y desaparece.

La palma que transmite calor, vida, se transmuta en muro, soledad sin mesura.

Rastros sin rostro.

Voces, viento, silencio.

Andanada de respuestas a una pregunta que nunca nos hicimos, indiferentes.

Línea recta del horizonte equiparable a la nada posterior a la caída de tus sueños.

Por fin, no hay realidades, sino verdades.

Y en ellas creces, te internas, te haces deseo, voluntad, carne.

Comprendes.

Te recreas, te inventas.

Comprendes.

Tras el reflejo enceguecedor del caos que mereces,

el dolor se revela.

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