Arte poética

En realidad, algunas definiciones escritas en una vieja libreta borroneada en las arduas horas de dispersión en el Profesorado (algún día les contaré del Profesorado). A decir verdad, no de tanta desatención, ya que una compañera había preguntado al docente cómo podía darse cuenta si lo que ella escribía se podía considerar "arte" o "poesía", si "servía". Recuerdo que un tiempo después le regalé algunos libros (Nietzsche y Arlt) con una dedicatoria con algo parecido a lo que aquí transcribo. De la respuesta del docente, ni me acuerdo, pero en esa época unos pocos estábamos convencidos de que también se aprendía por oposición.

El arte no se produce, el arte sucede.
Se producen diferentes tipos de texto.
La poesía sucede.
Como suceden la vida y sus aconteceres.
La poesía es un acontecer más,
uno inevitable en la vida de un poeta.
La poesía es un destino.
Podrás preguntarte una y mil veces si lo que haces
sirve para algo, si es "productivo".
No obtendrás respuesta segura.
Y si por casualidad la obtienes,
analiza en qué te estás equivocando,
tal vez diste vuelta en una calle errada.
La poesía, si así tiene que ser,
te seguirá sucediendo más allá de todo,
te seguirá exigiendo internamente
que siempre rectifiques el rumbo.
Acaso el único propósito de la poesía
sea reconocerte en lo que escribes
y que otros hombres puedan reconocerse.
Cuando esto no basta, mala cosa para un poeta.
Buena, tal vez, para el productor de textos,
que ahora sirve eficientemente a un propósito distinto.
Producir, producirás textos.
La poesía sucede.


Post nota:
“El arte sucede” dijo el pintor estadounidense James Whistler para concluir una discusión sobre el origen del arte.
"La rosa es sin porqué, florece porque florece..." recuerda Borges que sostuvo el poeta Angelus Silesius. Borges mismo definía al arte como un "misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la rétórica".



Fotografía: autor desconocido - Fuente: Internet

No hay comentarios:

Publicar un comentario